Cuando nos referimos al término ser humano, generalmente se nos viene a la cabeza hombre o mujer, pero, ¿que criterios seguimos para hacer esta distinción? ¿La partida de nacimiento?, ¿lo físico?; ¿lo psíquico?
Estas tres preguntas nos las deberíamos plantear detenida y detalladamente a la hora de valorar los términos hombre y mujer, en especial, aquellas personas encargadas, en nombre de Dios, de dar los Sacramentos, en especial, el de Matrimonio, y dentro de esta reflexión planteo una serie de cuestiones que creo que no están del todo definidas en la sociedad actual, por absurdo de parezca en el siglo XXI.
1- ¿Diríamos que una mujer, por el simple hecho de ser biológica, es superior o más mujer que otra que, aun a pesar de haber nacido varón, su físico, psicología y carnet de identidad dicen que es mujer?
2- ¿Por qué todavía se tiene ese pensamiento, bajo mi punto de vista, arcaico de que para casarse ante los ojos de Dios y bajo la potestad de la Iglesia tienen que ser hombre y mujer?, o todavía mas rebuscado, ¿por qué a una chica transexual se le suprime el derecho a recibir el sacramento del matrimonio aun siendo creyente por un pensamiento o idea transfobica de esta entidad?
3- ¿Acaso Dios hizo distinciones entre sus hijos y seguidores o los trató a todos por igual sin discriminar a nadie?
Todas estas cuestiones por repetitivas que parezcan, hoy en día, no están zanjadas y por desgracia todavía hay muchísima marginación por parte de esta entidad que se encarga de dar los Sacramentos y decide quien es apto o apta para recibirlos, este tema lleva mas miga de lo que parece, pero desgraciadamente no se hace nada al respecto. Todo esto lleva consigo, aunque no lo veamos tangiblemente, un fondo de machismo, transfobia y homofobia
Ya sabemos de antemano que es un tema delicado, puesto que desde hace siglos se instauró estas leyes dictatoriales que supuestamente viene de Dios y de tiempos inmemorables, aunque personalmente lo dudo dado que se han podido manipular al antojo de esta entidad, la cual acusa una falta de transparencia y hermetismo interno.
¿Por qué nos empeñamos en poner en boca de Dios convicciones nuestras?, estamos de acuerdo que Dios dijo que el significado de familia era hombre y mujer con lo que conlleva crear una descendencia, pero, ¿acaso una persona transexual, con todo su proceso terminado, no puede casarse a causa de esa convicción arcaica?
Personalmente, creo que si Dios viniera a esta era, cambiaría muchísimas cosas que se han catalogado con sangre, y lo que es peor: no te reveles, puesto que la rigidez de esta entidad es férrea y cualquier persona que se revele o que no crea y ejecute a pies juntillas estas leyes queda automáticamente expulsado de ésta.
Termino con una reflexión: Dios dijo: <<Amaos unos a los otros, como yo os he amado>>; yo me pregunto si no existe cierta hipocresía entre lo que hay que hacer y lo que se hace.
Helena Blas Martínez