Cientos de alumnos de Secundaria se convirtieron en un torrente reivindicativo durante la jornada del 7 del presente mes. Fluido rebosante de vibrante vitalidad, que tras concentrarse en la plaza de la Merced, emplazamiento, en el que se levanta una de las fachadas laterales de la Universidad, sita en el centro de la capital autonómica, corazón del sistema educativo murciano, tomó impulso, a partir de las 11:30, con la intención de recorrer y tomar por unas horas parte de las principales arterias del casco urbano
Pretensión culminada con éxito en una jornada crucial, dividida en dos fases reivindicativas, la primera fue matinal y victoriosa, y en ella se puso de manifiesto el poder de las exigencias estudiantiles a la hora de convocar a los principales afectados por una serie de medidas de carácter neoliberal. Reformas opresivas de carácter neofranquista, que arrojan a nuestros adolescentes y jóvenes a soportar una situación crítica, que les arruina el hoy, obligándoles a sufrir la actual inestabilidad del sistema educativo.
Se trata además de unos criterios formativos neoconservadores, que frustran sus perspectivas de futuro; puesto que les empujan a cumplir en un mañana cada vez más cercano la sentencia fatal e inapelable o bien de la maldición de la exclusión social provocada por el desempleo; o bien de la bendición de la precariedad social producida por la flexibilidad contractual y la competitividad laboral.
Drama social injusto sufrido rutinariamente, como consecuencia de un fracasado sistema educativo que con la nueva ley, la LOMCE, cronifica y agudiza sus profundas deficiencias estructurales y genera una presión difícilmente soportable. Pésima influencia, destructiva de la paz y el equilibrio internos, y que despierta en un desmotivado alumnado, quebrantado por la frustración, negativos, hondos y opresivos sentimientos tales como la angustiosa desesperación y la ansiosa y destructiva impotencia.
Estados de ánimo, que unidos constituyen una mezcla sinérgica tan inflamable como un rio desbordado de gasolina, que se transforma en una masa incendiaria ciudadana cuando se fusiona con el fuego de la indignación. Reacción popular que inundó las calles y plazas murcianas y condujo a numerosos adolescentes y jóvenes, hartos de indefensión y de sentirse ignorados y menospreciados por las distintas administraciones, a reivindicar y tomar posesión, armados con lemas y pancartas, de una rotonda conocido como “la Glorieta”.
Plaza, cuyo nombre se redondea con el complemento, que denota propiedad permanente, “de España”. Amplia explanada, que como su propia placa nominal patentiza, en la que figura la leyenda urbana: “Glorieta de España” y su clasificación de espacio público indica, pertenece a toda la ciudadanía, y en la que desembocó por completo todo el caudal humano de participantes en un acto social significativo con un alto contenido reivindicativo.
Céntrico emplazamiento de la la séptima ciudad en importancia del Estado, en el que los pacíficos ciudadanos nos topamos con una dificultad incomprensible e insalvable cuando manifestamos nuestra intención de acceder al interior de uno de los edificios de la administración pública, más emblemáticos de la capital del Segura, la Casa Consistorial. Construcción con engañosa apariencia de apetecible y monumental pastel de fresa y nata, desde el que los despóticos dirigentes, acaparadores y celosos guardianes de la disputada tarta, del goloso poder local deciden de modo arbitrario y clientelar la porción desproporcionada correspondiente a cada división poblacional, atendiendo a criterios estrictamente financieros y electoralistas.
Dulce apaño para los beneficiarios, pero de sabor ácido y regusto agrio para los perjudicados, que en esta ocasión fue el asociacionismo estudiantil. Alumnado, al que, como recuerdo de una mañana, en la que aprendieron de forma práctica la lección del valor del empoderamiento popular, le resta, a parte del delicioso y placentero resabio intelectual y, además, del rico y satisfactorio gustazo anímico, el rastro imborrable mediático dejado por su hito histórico. Estela de inconformista y contestataria rebeldía, trazada por estos bravos héroes del activismo. Atrevida y descarada adolescencia, que actúa, sin vergüenza alguna, a cara descubierta y que marca una senda, que raya, sin sobrepasar, el límite de la temeridad y que debería ser continuada desde la valentía que no se doblega ante ningún poder opresor.
Valientes jabatos, cuyo mérito no debe ser rebajado ni menospreciado por mucho que se empeñe la prensa escrita, manipulando la verdad, en crear una corriente de opinión contraria a estos osados menores, tratándoles como a unos violentos delincuentes, partidarios del vandalismo callejero. Cañones de Secundaria, cuyas únicas y contundentes bombas arrojadas, incendiarias y de carácter ofensivo, impactaron contra la cancela principal, el portón lateral y la muralla defensiva consistorial.
Avalancha de torpedos explosivos, tal y como podemos confirmar los testigos presenciales del incruento combate, exclusivamente de elaboración intelectual, los lemas, o de producción frutal, las mandarinas amargas. Inocua e inocente munición precipitada por estos artilleros de la reivindicación contra los medrosos ediles y altos funcionarios, forzados por la presión opositora de pacíficos alumnos a parapetarse y aislarse del exterior, bordeando la cobardía, tras los muros de una edificación urbana de acceso prohibido injustamente a la inofensiva ciudadanía.
Bien inmueble de titularidad municipal, que se abre de par en par y se ofrece de corazón abierto a acoger y a escuchar a los ciudadanos, que se acercan en calidad de visitantes y usuarios, pero que cerró sus puertas ante la proximidad del visceral y ardiente aliento del descontento social, mutando en soberbia, amenazante e inexpugnable plaza fuerte de un régimen político pseudodemocrático definido como intransigente, sectario y absolutamente dictatorial.
De este modo la sede principal del inmutable y populista corporativismo municipal, de presencia bonachona y de empachoso y empalagoso aspecto, metamorfoseó en “Tótem Maligno” capitalino, monolítico e impenetrable, sellando cualquier fisura y apertura por donde pudiera colarse la voz popular cargada de razones, que anhelaban impetuosamente exponer en aras del derecho a la libertad de expresión. Altar civil, obsceno y sordo, en que se profana y sacrifica rutinariamente a la inerme, inocente y sacra democracia, que cerró sus oídos y su boca, ante el clamor popular en su defensa. Reflejo del creciente y cada vez más patente índice de malestar compartido por toda la comunidad educativa, pero pregonado en esta ocasión verbal y físicamente por el colectivo estudiantil de Secundaria
SESIÓN GOLFA MATINAL II
Ayuntamiento, asiento de la administración local, que en un sistema democrático constituye el primer nivel de la Potestad Ejecutiva. Gobierno Municipal, que tiene la obligación de hacerse eco de las peticiones reclamadas por sus conciudadanos y los indignados y enardecidos gritos de protesta de la población, de la que emana su poder. Ejecutivo local, que debe respetar y trabajar en la línea, que marca la voluntad de la ciudadanía o transmitir a la instancia u órgano competente sus demandas, avaladas por toda la sociedad civil organizada por medio de movimientos, plataformas o asociaciones compuestas por personas afectadas concienciadas y por espíritus solidarios en la lucha contra el cáncer, que padece nuestro sistema educativo
Pero el Consistorio murciano se transformó en secreto e inaccesible Cónclave. Misteriosa Reunión de Cámara, que se encuadra dentro del rancio ambiente político absolutamente ocultista reinante Intramuros Pepistas y que congregó a los cardenales de la política local bajo la “Umbra presidencial” más alargada, sospechosa y fantasmal del municipio. Opaca y tenebrosa proyección impopular del que antaño se bañaba con la embriagadora y costosa fragancia de la multitudinaria popularidad y que actualmente, por mucho que se duche, huele que apesta a cadáver político. Fría y mala sombra, del que es ciprés más elevado de la política local, por su estatura física, pero que es mala hierba por su talla moral, puesto que su ética tiene la misma utilidad que estas indeseables plantas, debido a que ostenta la máxima representatividad de la imputación por corrupción urbanística del municipio.
Ausencia de moralidad compartida, por su complicidad silenciosa, por el resto del equipo del gobierno municipal, empleando su mayoría para tapar y dar la espalda a su responsabilidad legal, en el pleno desarrollo de sus facultades políticas. Funciones, que debido a su negligente dejación por parte de la Junta de Gobierno, deben ser asumidas por una tibia oposición. Débil resistencia política, que entre sus prioridades debe hallarse denunciar la abrumadora y aplastante realidad experimentada en el exterior por unos menores privados de voto, cuya voz retumbó atronadora en el fuero interno de los cabezas de lista. Candidatos sumisos en campaña a la voluntad del potencial electorado; pero, que una vez alcanzan la situación privilegiada de autoridades públicas recién electas, transmutan en cerriles testas de dura cerviz inamovibles, inalterables e insensibles por culpa del embotamiento, que produce la engreída y arrogante soberbia, en el dirigente, que se apoltrona en el trono, embriagado de poder. Acomodadas garrapatas, henchidas y orgullosas, que se nutren y engordan gracias a un régimen político chupóptero, basado en absorberle hasta desangrarla el fluido vital azul o rojo a la anémica clase media.
Ácaros, declarados en rebeldía, ensordecidos y cegados por la insaciable ambición política, que desoyen y le niegan la más mínima consideración al contrato electoral firmado con el pueblo soberano, legitimo propietario de las instituciones, en que residen sus representantes, inquilinos transitorios, democráticamente elegidos. Locatarios, que toman posesión del cargo en régimen de arrendamiento temporal, pero que terminan convirtiéndose en auténticos parásitos vampíricos del sistema, denunciados como auténticos ocupas por la inteligente, despierta y lícita acusación popular.
Imputación proclamada por el indignado grito estudiantil en el transcurso de la acción reivindicativa matinal. Voz demandante de justicia social y moral, que constituida en jurado popular emite un veredicto que señala a los responsables. Representantes, elegidos cuatrienalmente, depositarios y administradores de la soberanía popular, declarados culpables de alta traición, contra el régimen parlamentario, por estar utilizando el poder, otorgado por la ciudadanía, en contra de sus intereses y de la voluntad popular expresada mayoritariamente por medio de las urnas. Delito agravado por la premeditada y alevosa reincidencia materializada cuando el centro del poder local más cercano y representativo, la casa consistorial, denegó el permiso de entrada y posterior audiencia a la voz del pueblo.
Crimen contra la sociedad española, en su conjunto, lesionada en el ejercicio de uno de sus derechos fundamentales, la libertad de voto a la hora de elegir un programa electoral. Flagrante violación, contra la que un tribunal, formado por el alumnado de Secundaria, a lo largo de un juicio de puertas abiertas, dicta una sentencia que, en respuesta al justo clamor ciudadano, condena el desacato a la voluntad popular de los verdugos de la democracia.
Reos políticos, a los que se conmina a la devolución de las Potestades Publicas, a quien pertenecen, o sea, al pueblo soberano, por haberse instalado cómodamente, con intención de permanencia, en los edificios oficiales. Focos de acaparamiento del poder, de los que familias enteras, que viven a costa de la política, han perdido todo el derecho a ostentar legítimamente su titularidad.
Motivo por los que esta plaga de zánganos, que predominan dentro de la fauna política de temperamento propenso a la morosidad, a la desidia y a la despreocupación deberían ser desalojados de los panales de propiedad pública y arrojados al anonimato. Políticos incumplidores del compromiso electoral contraído con los votantes, que depositaron su confianza en un acuerdo ahora traicionado, que deberían ser lanzados a la calle a morder y atragantarse con el amargo trago del polvo de su arrogante y ambicioso orgullo triturado por la aplastante expulsión del confortable bienestar, que les garantiza su posición social.
SESION GOLFA MATINAL III
Si alguna lección de vida aprendemos y reforzamos a diario, de la que no albergamos la más remota duda, es sobre el actual estado neoliberal de las cosas. Precaria y dramática situación, en que las decisiones presentes, que hipotecan nuestro futuro, poniendo en riesgo nuestro porvenir laboral y la supervivencia familiar, dependen del estado de ánimo de una prima lejana, que siempre actúa por la espalda, cuando menos te lo esperas y a la que todos los papás precavidos y ahorrativos nos han enseñado a temer. Pariente caprichosa, rica e influyente, de la que ignoramos su auténtico nombre porque es conocida por tantos apodos como caras duras tiene y de la que exclusivamente sabemos, que rige nuestros destinos a través de una cadena de mercados, de la que es dueña. Sector financiero, que es internacionalmente impopular y merecidamente difamado por lucrarse imponiendo índices de precios privativos para el consumidor en alimentos y artículos de primera necesidad y un régimen laboral capitalista y explotador
Negocios familiarizados con la depredación social y ambiental, pertenecientes a una actividad económica extractiva, generadora de la desregularización del mercado de trabajo, de la destrucción de empleo, y del hachazo sufrido por los costos laborales totales. Ocupación trágicamente demoledora, de la que recibimos rutinariamente puntuales y mediáticas noticias, que nos amargan todas las comidas del día y nos agrian y cortan la digestión, además de provocarnos pesadillas o, en el mejor de los casos, arrebátenos los dulces sueños de exitoso progreso
Actuación empresarial, amparada por una clase política maquiavélica y elitista, que es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, desahuciar de su afán por ascender hasta las estancias más elevadas de las Colmenas oficiales, en las que cohabitan, bajo una fiel y sumisa protección policial, judicial y legal, apegados a una sustancia apetitosa de sabor melifluo, de consistencia viscosa y espesa, y de un deslumbrante y atrayente color dorado, a la que idolatran adictivamente. Me refiero al poder real, la economía productiva, especulativa y competitiva, bajo cuyo dominio conviven esclavizados y beneficiados.
Abejorros de la subespecie “politicus mitinerus”, cuyo enigmático y engañoso sistema de comunicación, basado en un molesto y monótono zumbido, custodiaba celosamente una serie de claves ocultas, que hemos conseguido descifrar, merced a la progresiva, ingente y fructífera labor de una escuela de traductores, de origen español, que vio la luz a principios del 2011, cuyo ideal, extendido en la actualidad globalmente, como Spanish Revolution, es alcanzar la ¡Democracia Real YA!. Auténtica y coherente Facultad de Ciencias Políticas apartidista, asindical y arreligiosa, que interpretó el tramposo lenguaje político, repleto de falta de transparencia, mayoritariamente confuso y minoritariamente incomprensible.
Academia de espíritu neoplatónico, que se inscribirá con letras de oro en los anales de la historia su transcendental hallazgo, la transcripción humanizadora, que transformó en inteligible cotidianamente, a nivel de calle, un complejo idioma versátil, que carece de versión estándar, o lo que es lo mismo, de principios regularizados, que faciliten su aprendizaje. Este preocupante hecho se produce debido a que la enseñanza, de la jerga política, varía según la coyuntura macroeconómica, dificultando su entendimiento a una media ciudadana cuyo nivel de conocimientos es básico, respecto a un argot electoralista, cuyas dos primordiales variantes dialectales la neoliberal y la socialdemócrata son enteramente intercambiables. Chaqueterismo ideológico posibilitado en virtud del resistente vicio, falto de sensatez, sentido común y buen juicio, que radica en la absurda incongruencia de conjugar idénticos verbos o sinónimos en diferentes tiempos políticos, tanto legislativos como ejecutivos. Acciones propugnadas y practicadas por la mayoría del arco parlamentario. Flechas disparadas por una disciplinada y partidista mesnada de asalariados, compuesta por mercenarios de la política, que tanto diestros como zurdos lanzan sus dardos con la finalidad de alcanzar un doble objetivo concéntrico, dibujado en la diana del Estado del Bienestar, la privatización de los beneficios y la socialización de las perdidas.
Anverso y reverso de una misma moneda, igualmente tenebroso, el euro. Moneda acuñada en 20 países para el despiadado y desorbitado enriquecimiento de dos naciones, cuyas sanguijuelas prestamistas y usureras, los banqueros franceses y alemanas, llenan sus arcas sin fondo saqueando y vaciando las haciendas de los Estados, que padecen el influyente yugo de la cruel moneda, más empobrecidos por la crítica coyuntura económica actual. Unidad monetaria propagada y defendida por mercaderes y dogos. Estos últimos guardianes celosos y leales de la tranquilidad de sus amos y adiestradores, los primeros. Canes protectores de la propiedad e integridad privadas, que preservan, con sanguinaria fiereza e intachable fidelidad, a sus señores cuando se dedican al innoble y vil arte de cazar a precarias e indefensas doncellas, de las cuales, una de sus favoritas, es la desprevenida maestra de escuela, que trabaja en un campo llamado público, que es conocida como la bella y culta Enseñanza y que demás se apellida como su padre, universal y como su madre de calidad
Auténticos animales políticos, servidores de un poder feudal de origen financiero, ejercido por unos comerciantes de bienes y servicios, que siendo mundano compite con el divino, por ser omnipresente y ofrecer la salvación a cambio de obedecer una estricta doctrina económica inmoral. Fundamentalismo, que bendice la libertad de mercado, y que promete el paraíso terrenal y el bienestar material a ricos empresarios y banqueros, colmando con creces las expectativas de incrementar su patrimonio. Beneficios aumentados, multiplicándolo naturalmente el ciento por uno, a costa de condenar al maldito y purgante limbo de la inestabilidad laboral a explotados trabajadores. Profesionales, que una vez utilizados, desechados y etiquetados como inservibles son despedidos vacios de perspectivas y derechos laborales. Parados, que se convierten en víctimas involuntarias del pecado imperdonable, sistemático y endémico de la destrucción de empleo, que les arroja al contenedor de la penuria económica, marcado como infierno dantesco.