Alrededor de unos 60 agentes de la brigada de antidisturbios de Murcia desalojan a la fuerza, por orden del juzgado de instrucción nº 9 de Murcia, a cerca de un centenar de interinos, encerrados 12 horas en la Consejería de Educación y que se negaron a abandonar el edificio tras cerrarse dicho organismo a las 15:30h.
El juez de guardia, respondiendo a la petición de ayuda de la propia Consejería “para salvaguardar la seguridad del edificio”, ha ordenado “el inmediato” desalojo alrededor de las 20.30 horas tras analizar un informe policial que reflejaba la negativa de los manifestantes a abandonar el edificio de forma voluntaria y determinar, por tanto, la ocupación sin la autorización debida de un edificio público contra la voluntad de su titular.
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El acto de protesta, previsto en principio como una mera concentración a las puertas de las dependencias, tenía lugar mientras se producía la reunión entre la Consejería y los representantes sindicales en la que la Administración comunicaba su propuesta para realizar una reordenación de las actuales listas de interinos, las cuales son consecuencia de un Acuerdo que caduca el próximo 31 de agosto.
Las organizaciones sindicales y la Adimur han cupado la sede de la Consejería de educación pacificamente con el objetivo de presionar a la Administración para que tomase una decisión sobre el nuevo acuerdo de interinos».
Los Interinos han alegado que han estado "siendo objeto de acciones agresivas como poner en funcionamiento la calefacción, que puede ocasionar que alguien sufra algún problema de salud del que sería responsable quien haya dado dicha orden".
Adimur, indicó tambien que "los recortes aplicados por la Consejería de Educación también se han hecho sin negociación, ni diálogo, provocando que más de 2.000 interinos estén actualmente en paro respecto del curso pasado, y haciendo que los aspirantes con buenas calificaciones se queden fuera del sistema educativo".
Flaco favor está haciendo aidmur a los interinos...
ResponderEliminarEl sistema y sus perros de presa no consienten que los ciudadanos discutan sus decisiones. Da lo mismo que la protesta sea pacífica o no. Ellos la hacen violenta en cualquier caso.
ResponderEliminarNo hay que ceder, en todos los sitios, hasta que se enteren que su poder viene del pueblo y a él se deben.
Que poca vergüenza cuando se va a dar cuenta la policía que son igual que nosotros españolitos de a pie y este gobierno que lo tiene todo perdido, todos los colectivos protestando. Muy bien compañeros. SI SE PUEDE, PERO ELLOS NO QUIEREN.
ResponderEliminarEvidentemente, es bien sabido por tod@s que la experiencia es un grado. Dicho lo cual, no es menos cierto que el concurso de oposición no está orientado a la capacitación (nunca lo ha estado), ya que esta última se presupone a todo docente.
ResponderEliminarCon lo cual no nos encontramos ante una mejora del proceso selectivo del docente que, como en cualquier otro ámbito laboral, es exigente y no está exento de cierta arbitrariedad y casuística; sino ante un conflicto de intereses personales de aquellos que ven peligrar su inestabilidad laboral ( llámense interinos preferentes), y de aquellos otros que se ven imposibilitados de ejercer la docencia, aún habiendo acreditado notablemente sus conocimientos y habilidades, por no haber adquirido dicha preferencia en una lista condicionada por el único hecho de haber trabajado con anterioridad.
La sensatez me empuja a creer poco requisito haber tenido la suerte de meter la cabeza en un aula un mes, una semana o un día.
En efecto, el proceso selectivo es imperfecto y sesgado. No valora la aptitud del docente, no tiene ese objetivo, sino el de asegurar equidad en las pruebas. ¿No sería conveniente contrastar si se poseen los conocimientos científicos necesarios: literarios, matemáticos, históricos o de cualquier tipo?¿Si se está en posesión de las tan valiosas habilidades sociales, lingüísticas y emocionales? Y aún más ¿si se posee el suficiente equilibrio psicológico?
Efectivamente el proceso selectivo es injusto y no está exento de cierta arbitrariedad y casuística. Pero no por su contenido teórico-práctico, que es en cierta medida hasta aceptable, sino por su falta de exigencia en habilidades esenciales.
Mediante un proceso selectivo más riguroso pondríamos en valor a los mejores docentes que obtendrían su plaza o su lugar en la lista de interinos relegando la supuesta experiencia ( que en ocasiones no añade un valor sustancial)a una cuestión de méritos.
No resulta ni siquiera coherente mantener a interinos con calificaciones menores o incluso deficientes encumbrados en listas preferentes prehistóricas, con vacantes aseguradas año tras año por el único hecho de ser los últimos de sus vetustas promociones y llevar años trabando sin adquirir, en muchas ocasiones, responsabilidades en bibliotecas, programas de salud, riesgos laborales, etc en sus centros de paso.
Por tanto, una única lista ordenada por competencia profesional y la obligación personal de superarlos mínimos exigibles en oposición para poder seguir trabajando, son requisitos esenciales para garantizar el interés profesional, la inquietud por mejorar y formase que deberían acompañar a todo docente a lo largo de su carrera.