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jueves, 4 de abril de 2013

LA CUPULA DEL PP MURCIANO DISFRUTA DEL TRADICIONAL DESFILE DEL BANDO DE LA HUERTA MIENTRAS ORDENA UNA BESTIAL CARGA POLICIAL CONTRA SUS PROPIOS VECINOS.

El martes, día 02 de Abril, jornada en que la capital del Segura celebra el día del Bando de la Huerta y mientras miles de ciudadanos gozaban de las bondades del clima murciano, ataviados con el traje típico y del tradicional desfile, recordatorio de los usos y costumbres huertanas, otros murcianos disfrutaban uniformados apaleando a pacíficos ciudadanos, que decidieron celebrar el día festivo de forma reivindicativa, opción que no está reñida con la festiva pero por la que pagaron un alto precio.


La cruel y opresiva respuesta, que últimamente está recibiendo el activismo contestatario y rebelde cada vez, que decide sublevarse incomodando o entorpeciendo la planificación de una administración, que solo conoce como manifestación de su actitud dialogante el lenguaje de la porra, el idioma de los cascos y la comunicación de las esposas.

Del último ejemplo de esta campaña de represión y violencia policial fueron testigos presenciales y víctimas los activistas de la Plataforma Pro Soterramiento del Ave cuando realizaban un acto reivindicativo en el paso a nivel de Santiago El Mayor, que hasta el momento de la potente carga policial, discurrió en todo momento de forma no violenta. Pacifismo, que se convirtió en resistencia pasiva a partir del instante en que se inicio la invasión policial de un espacio público en el que se celebraba una concentración coherente con el derecho a la libertad de expresión y de manifestación. Indefensos y valientes protagonistas junto con sus salvajes y rabiosos agresores de un nuevo episodio de brutalidad policial contra las legítimas protestas ciudadanas en la Región de Murcia. Trágico capítulo de un largo relato murciano de agresiones policiales, que se ha saldado con cinco detenidos y numerosos heridos, que muestran lesiones de diversa gravedad, a causa de los golpes encajados con dignidad y recibidos por la desproporcionada actuación de las fuerzas responsables de proteger a sus conciudadanos y vecinos, además de velar por su seguridad y mantener el orden público. 

Los pacíficos activistas arrestados, que fueron previamente seleccionados aislados y reducidos con una dureza extrema, haciendo gala de una premeditada y alevosa actuación políticamente planificada, fueron trasladados, esposados como peligrosos delincuentes, a las dependencias policiales de la Comisaría del Barrio del Carmen de la capital murciana. 

El inhumano y criminal comportamiento de la redada policial fue confirmado por uno de los arrestados. Nuestro compañero Jesús, que tras ser puesto en libertad, después de más de 8 horas retenido, ha denunciado públicamente el agresivo y despótico trato sufrido en el interior del furgón, donde, impotente y desprotegido, recibió puñetazos en la cara en el pecho y en el resto del cuerpo. Acoso carente de todo respeto hacia su persona y constitutivo de un grave delito, atentatorio contra su integralidad física moral y psicológica. 

Otro triste y nefasto dato a tener en cuenta, que nos da una idea de la irracional violencia desatada, carente de toda justificación y lógica, por el vengativo operativo policial, es que otra de las inocentes personas detenidas y miembro de la plataforma, nuestra compañera y amiga Mari Carmen, tendrá que ser operada con carácter de urgencia de la muñeca fracturada por negarse abandonar la vía a partir de las siete. Negativa compartida por todo el peligroso perfil de antisistemas, compuesto por amas de casa, familias con hijos menores, pensionista y personas de mediana edad, a los que se añadieron algunos alegres jóvenes de paso, que venían de celebrar el señalado y festivo día del Bando. 

Personajes anónimos, que pasaran a la historia murciana como personas señaladas en su memoria y en sus cuerpos por una figura policial que pretende ganarse a pulso el papel del Atila de la rebelde e insumisa murcianía, embriagada de desobediencia civil. Azote policial bautizado como el “Chicles”, que porra en mano ha demostrado ser uno de los agentes de la UPR, que con mayor vehemencia y fanatismo aplica las técnicas académicas disuasorias contra los activistas, hasta el punto que su excesivo celo en el cumplimiento del deber le ha convertido en todo un consumado maestro en el arte de la represión. Salvaje mastodonte, espécimen representativo de la especie animal de los antidisturbios, cegado por la ira, cuyo método de caza contundente y eficaz va más allá de disolver a un grupo de manifestantes, puesto que no se anda con rodeos y directamente destroza cualquier concentración de pacíficos ciudadanos. 

Fiera, aficionada a mascar chicle y a triturar a sus indefensas presas, cuya provocativa e hiriente chulería en el manejo de sus dos inseparables compañeras, la goma-2 masticable y la porra irritable, además de su explosivo carácter le han convertido en el creador de una escuela policial, el golpismo. Estilo reconocible por su estúpida sonrisa de hiena y por la marca física y psicológica, que deja en sus conmocionadas y contusionadas víctimas y que además cuenta con numerosos discípulos aventajados entre la jauría policial de unos veinticinco efectivos policiales, que desembarcando de tres furgones policiales y desmontando de sus correspondientes motos asaltaron de modo indiscriminado y deshumanizante a todo sujeto presente en el perímetro ocupado. Exitosa estrategia, que condujo a una vergonzosa victoria, alcanzada considerando como a un potencial enemigo a todo civil, que se cruzara en el avance policial, y que por tanto era merecedor de ser tratado, empujado y lanzado como a un saco de patatas, si no ofrecía resistencia, como es el caso de Mari Carmen; o de boxeo si mostraba una actitud mínimamente contestataria, como el de Jorge. Concienciado ciudadano con la urgencia de auxiliar a sus acosados y amenazados convecinos y la importa de dejar además constancia, grabada con su móvil, del criminal ensañamiento policial, desplegado ante la ausencia de medios de comunicación convencionales, que constituyó el primer damnificado, gravemente maltratado y contusionado, como consecuencia de una  creciente escalada de violencia institucional a nivel físico, verbal,  psicológico y moral.

Comportamiento policial, del que se convirtió de testigo en víctima,  cuando fue a interesarse e intrervenir en favor de su compañera de la Plataforma, Isabel, que estaba siendo amedrentada, interrogada e identificada por un grupo de irrespetuosos e inquisitivos agentes, de los cuales uno registraba sus pertenecias en el interior de su bolso con la intencion de localizar el D.N.I.  Pero Incomprensible e injustificadamente la curiosidad y la preocupación de Jorge recibieron un vengativo castigo inmerecido y desproporcionado propio de camorristas callejeros.

Vandálica, intolerable y condenable represalia policial, que le propinó una brutal paliza, concentrada en un par de minutos y recibida por la reprochable acción de 3 miembros de la U.P.R., que se abalanzaron sobre él, apretándole por el cuello, tras lo que empezaron a descargar su cóleica ira mediante patadas efectuadas con sus reforzadas  puntas de bota. Dolorosos y contundentes golpes, que duraron hasta que estuvo a punto de sufrir un desmallo por asfixia. Macabro, y repulsivo pasatiempo, que acabó con Jorge arrojado contra el suelo, esposado y conducido al furgón policial, y que fue soportado por la sacrificada presa para satisfacer el instinto depredador de la jauría policial, puesto que en todo momento, el activista, se mostró sumiso ante su innecesaria reducción. Estratagema de desprestigio e intimidatoria coacción seguida, tras la agresión, camuflada de detención, por la absurda e inconsistente imputación de un delito de atentado contra la autoridad 

Desde el vehículo, donde es custodiado a la espera de ser trasladado a la jefatura policial, Jorge, pudo observar asombrado, indignado y desolado como otro inerme habitante del barrio de Santiago el Mayor, su vecino Jesús, estaba atravesando por un angustioso trance, durante el cual un miembro de la UPR lo mantenía inmovilizado sobre el suelo mientras le golpeaba. Agente, que no satisfecho con haber anulado su capacidad de defensa, se cebó, apaleándolo sin piedad ante la impotente desesperación de su esposa, Mari Carmen, que incrédula tuvo que soportar tan desgarrador y macabro espectáculo, del que se transformó de sufriente espectadora en protagonista, al terminar corriendo la misma suerte, que su marido por el simple hecho de acudir en su auxilio, reclamando que cesara esa horrible pesadilla provocada por la histeria colectiva policial. Petición suplicatoria, que obtuvo como respuesta un trato abusivo, agresivo y denigrante, que le ha dejado como recuerdo una dolorosa rotura de muñeca, como consecuencia de un violento empujón y la inolvidable experiencia de una larga retención del matrimonio en la delegación policial

Arrestos selectivos, hasta un total de cinco que respondieron a un criterio neutralizador, promovido por la Delegación del Gobierno con fines políticos, es decir con el objetivo de anular una prolongada campaña de desobediencia civil, el corte de vía semanal, intentando descabezar y amedrentar al movimiento que la sustenta, la Plataforma Pro Soterramiento del Ave. 

Maniobra violenta e intimidatoria, que tuvo el efecto opuesto al deseado por el capo de la mafiosa política regional, que la había ordenado, “Cascoñana”, ya que en lugar de disuadir de su empeño de lucha a la Plataforma o de lograr la disminución de simpatizantes con su causa, concentrados en el paso a nivel de Santiago el Mayor, tuvo un resultado multiplicador por cuatro. De este modo de unos 50 activistas reunidos en dicho lugar se paso a alrededor de 200, congregados para respaldar y pedir la liberación de los tres valientes retenidos en dependencias policiales de la comisaría del Carmen. Compañeros, que permanecieron retenidos después de soltar, tras tomarles declaración, a dos de los cinco arrestados por desobedecer el mandato policial de despejar las vías a, partir de las siete de la tarde para que se reanudara el interrumpido tráfico ferroviario. Circulación, que en esta ocasión tenían orden del Delegado de restablecer a toda costa, debido a que no se podía permitir que los cuatro servicios de cercanías y el refuerzo de dos talgos establecidos, con carácter extraordinario, para el día del Bando no cumplieran la finalidad de traer, hasta su punto final de trayecto, a los añorados turistas, procedentes de las provincias limítrofes o centrales, a disfrutar de una Murcia en fiestas. 

Lúdica y entretenida jornada de esparcimiento y diversión, de la que gozaron visitantes y autóctonos mientras sus vecinos eran apaleados y sus justas protestas aplastadas para evitar la mala imagen de una Murcia protestando contra sus caudillos políticos. Despóticos dirigentes, cuya única preocupación por el Bienestar social se centra en que no le falte, a la ociosa y desempleada murcianía, la embriagadora y alienadora ocupación festiva o deportiva, que les haga olvidarse de la dramática problemática padecida rutinariamente por la pésima gestión política 

Por este motivo la jefatura policial, situada junto a la estación de Renfe, se convirtió en una fortaleza asediada por una legión de beligerantes y combativos activistas, que obligaron a proteger la entrada al edificio con un cordón policial increpado y a punto de ser desbordado por la clamorosa y creciente indignación popular. Justas reclamaciones ciudadanas, que tuvieron una de sus principales dianas en la figura del odiado y amenazado “Chicles. Representante del Orden Publico, que mudo de acosador implacable a escracreado y que impasible guardó la compostura mientras otro agente movía los labios, formando palabras ofensivas e injuriosas con la pretensión de provocar un altercado con los alterados e insultados ciudadanos, cuyas demostraciones de impaciencia no pasaron en ningún momento del nivel minino, es decir, el verbal. 

Tensa espera, que se diluyó en el emotivo instante, en que a las dos de la madrugada el último detenido, puesto en libertad, Jorge, uno de los militantes más activos del creciente ejército de Ulises murcianos, fue acogido con una calurosa y afectiva aclamación por la incondicional fiel concurrencia, que había estado aguardando con expectación su liberación. Congregación, que simbolizo con su recibimiento, el respeto, admiración y cariño, que todo la tropa reivindicativa murciana sentimos por la encarnación del heroico activismo murciano. 

Desde aquí para finalizar, queremos dejar patente nuestro reconocimiento y agradecimiento a los miembros de del UPR, los polis buenos, que con su trato humano y digno hacia el ciudadano, en cualquier circunstancia, marcan la diferencia con los malos. Polis corrutos que con su brutalidad continuada manchan irreversiblemente el buen nombre y el prestigio de la C.N.P. 

Por último y a modo de conclusión, me gustaría recordar a los agentes de la UPR, que pretenden ser profesionales competentes y honestos, que dejan de serlo desde el instante, en que amparan, con su silencio cómplice y ausencia de denuncia, el criminal comportamiento de sus compañeros.

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