LA IMPREVISTA VISITA, QUE NOS TRAJO DESESPERANZA A MURCIA I
El miércoles, día 16 recibimos una visita inesperada, que culminaba las aspiraciones de la Murcia más castizamente retrograda, casposamente tradicionalista y conservadora de la tradición de convertir nuestra capital en la más Segura, para que fluyan por sus travesías y avenidas más recargadas de exquisita y fina pijotería el más rancio, añejo y avinagrado abolengo del partido más impopular de la historia de la antidemocracia española.
Casco urbano que se vuelve policial, hostil y opresor para los peligrosos y exaltados ciudadanos, que se alborotan y se agitan ante la cercanía de un ídolo de masas, que levanta pasiones contrapuestas entre todas las tribus civiles que pueblan y circulan por las vías de la polis, que ocupa el séptimo puesto en la lista nacional de las urbes más hospitalarias, pero que aspira a ocupar el primero y que con esta intención se vende. Pacíficos ciudadanos, que acuden armados de insolente e irrefrenable impaciencia al encuentro de la diva más imponente, soberbia y televisiva del momento político actual, seducidos por el efecto reclamo, que provoca su cautivadora, lúcida y llana verborrea. Sencilla y afamada palabrería, que unidos a un desparpajo y gracejo insólitos e irrepetibles atraen a una escasa concurrencia, que se acerca al emblemático lugar, por el que ya han desfilado otros infames nombres de infausto recuerdo, como el expresidente Aznar, que rescatados del baúl de los recuerdos de la historia antigua más reciente, ya han actuado en ese gran teatro de guiñol, en que ha mutado el Casino de Murcia. Edificio, reflejo de una sociedad estamental y dividida en compartimentos estancos, a cuyo interior exclusivamente tuvo acceso una distinguida élite formada por 200 prebostes, compuesta por caballeros y damas de la más alta alcurnia social, o sea, poseedores de las cuentas corrientes más abultadas, algunos de ellos incluso potenciales visitantes reales o virtuales de paraísos fiscales, entre los que destacaba la clamorosa ausencia de un respetable e intachable varón, nuestro pésimo alcalde Miguel Ángel Cámara, imputado por un caso de corrupción urbanística. Incomprensible e inexplicable incomparecencia en un acto de relevancia social, cuyos afortunados y atentos oídos presenciales fueron reciproca y digitalmente elegidos, es decir, a dedo entre ellos, como los más representativos de los sectores político, empresarial y social de la Región y que fueron los seleccionados para sentirse honrados por su cercanía y aclamar su vacía oratoria y su hueca dialéctica, carentes de elocuencia.
Pero que, a pesar de tratarse de un discurso insustancial falto de contenido y repleto de consignas, fue recibido por sus exaltados y estupefactos correligionarios, absortos y boquiabiertos, como lecciones magistrales de sublime e inabarcable ciencia infusa. Disertación detallada y metódica sobre megaeconómica, que sienta cátedra y a todos la audiencia que se rinde ante tanta y experimentada sabiduría, propia de iluminados que gozan de la gracia, de la misma naturaleza que su amigo y compañero de partido, Aznar, quien disfruta de poseer hilo divino directo y que se comunica en un plano de igualdad con la divinidad, que además se dirige a él amistosamente como Jose Mari y a ella como Espe.
Deslumbrante y memorable intervención, que suscitó ciega fascinación en sus fanáticos e incondicionales seguidores, que tuvieron la inolvidable oportunidad de refrescar y renovar, gracias a la experta conferenciante, sus vastos conocimientos en el campo de la política financiera. Experiencia atesorada a lo largo de una dilatada carrera, que podríamos resumir con una celebérrima y lapidaria frase pronunciada, en un momento de excelsa inspiración, en un perfecto e impecable inglés. Tecnicismo anglófilo y específico remarcado con el acento más auténtico y genuino de la España cañí: “the party is over”. Sentencia propia del argot financiero, que significa que “la fiesta se ha acabado” y con la que hacía referencia al final del Estado del bienestar, que garantiza a la ciudadanía la cobertura universal, gratuita y de calidad en materia de derechos, prestaciones y servicios sociales. Grave y crítica situación a la que según la despierta y despejada analista hemos llegado por la insostenibilidad económica del citado sistema. Pero qué casualidad, que sufriera de amnesia selectiva, premeditada y voluntaria a la hora de asumir su correspondiente parte de culpabilidad, omitiendo maquiavélicamente la verdadera razón del porqué nos hallamos en esta tesitura, dejando de señalar a la corrupción la negligencia y el despilfarro político como los evidentes y probados autores de la crisis, que padecemos.
Deslumbrante y memorable intervención, que suscitó ciega fascinación en sus fanáticos e incondicionales seguidores, que tuvieron la inolvidable oportunidad de refrescar y renovar, gracias a la experta conferenciante, sus vastos conocimientos en el campo de la política financiera. Experiencia atesorada a lo largo de una dilatada carrera, que podríamos resumir con una celebérrima y lapidaria frase pronunciada, en un momento de excelsa inspiración, en un perfecto e impecable inglés. Tecnicismo anglófilo y específico remarcado con el acento más auténtico y genuino de la España cañí: “the party is over”. Sentencia propia del argot financiero, que significa que “la fiesta se ha acabado” y con la que hacía referencia al final del Estado del bienestar, que garantiza a la ciudadanía la cobertura universal, gratuita y de calidad en materia de derechos, prestaciones y servicios sociales. Grave y crítica situación a la que según la despierta y despejada analista hemos llegado por la insostenibilidad económica del citado sistema. Pero qué casualidad, que sufriera de amnesia selectiva, premeditada y voluntaria a la hora de asumir su correspondiente parte de culpabilidad, omitiendo maquiavélicamente la verdadera razón del porqué nos hallamos en esta tesitura, dejando de señalar a la corrupción la negligencia y el despilfarro político como los evidentes y probados autores de la crisis, que padecemos.
Mientras el Real Casino de Murcia se convertía durante unos históricos y transcendentales momentos en la Royal Academy of Economy of London, en la que la premio nobel de dicha disciplina daba muestras de un dominio del inglés, que harían palidecer de envidia y en enrojecer de rabia al mismísimo William Shakespeare, en el exterior, en los alrededores de la Academia platónica murciana de economía, se daban cita turistas, transeúntes y peatones de paso, Curiosos viandantes, que al sumarse a un nutrido grupo de aborígenes alternativos y contrasistema convocados por el tantán de las redes sociales se estrellan contra un muro policial infranqueable.
Pero a pesar de este inesperado e inevitable contratiempo todos los congregados agradecen la incuestionable, inestimable e impagable labor policial a la hora de contener sus insumisos arrebatos de impulsiva emoción cuando descubren y tienen ante sus atónitos ojos, a la que nos adorna con su presencia y estancia y que es además protagonista, por mérito propio, de la jornada, saliendo por la puerta lateral, según la versión oficial, o trasera, según los convocantes. Asistentes a una concentración de manifestantes, que se ven obligados y se sienten deseosos de mostrar su actitud de repulsa ante un personaje, cuyas tesis económicas postuladas y puestas en práctica valoran como un insulto a la inteligencia y al sufrimiento de los murcianos afectados por una dramática y adversa coyuntura, que atenta contra las presentes y futuras generaciones, no contra las nuevas, que militen en su partido, creada por una producción de políticos cortados todos por el mismo patrón de escasa o nula moralidad.
De este modo, gracias a la activa, entregada e interesada participación vecinal mantenida a ralla por la férrea, represora y asfixiante cadena policial, el aterrizaje de esta controvertida y aventajada discípula de la escuela de Aznar tuvo la relevancia y repercusión informativa, que se merecía. Alumna de referencia obligatoria, capaz de realizar lo que a simple vista parecía imposible, superar a su maestro en cuanto a la habilidad para montar polémicos circos mediáticos.
LA IMPREVISTA VISITA, QUE NOS TRAJO DESESPERANZA A MURCIA II
Personalidad, que se distingue por su natural y airosa lozanía y por su transparente y cristalina frescura, reflejo de las aguas del río, que la vio nacer, el Manzanares y que representa y lidera, de la forma más pura y genuina concebible, un movimiento que brota, florece y con él, que alcanza el máximo esplendor el populismo político. Me estoy refiriendo a la descripción de una renovadora y revitalizante campaña publicitaria, conocida popularmente como el campechanismo neoliberal, que aporta una novedosa forma de llamativa seducción política, rebosante de garbo que supone un vendaval de aire fresco desvergonzado y primaveral. Corriente de pensamiento y actuación diseñada por la misma agencia publicitaria, que se encarga de planificar una de las más difundidas y menos convincentes campañas, “El Recorte Por Tu Bien”.
Estrategia publicitaria de ámbito nacional, que persigue imponer la moda del hachazo en la inversión presupuestaria pública con la finalidad de justificar e implantar la cultura de transformación de la cobertura de los derechos fundamentales en lucrativo negocio en manos de oligopolios, constituidos por empresas privadas, corrompiendo su naturaleza, alentada por el espíritu constitucional, de gratuidad y universalidad.
Continuando con este revolucionario invento, cuya denominación explicativa completa debería ser el campechanismo neoliberal pseudodemocratizador de las instituciones del régimen, no me queda más remedio que apuntar que en algunas fuentes escritas lo localizaremos citado con otro nombre compuesto, en el que el sospechoso origen del primer término puede empañar la comprensión de la expresión: franquismo neoliberal. Ya que en este caso el primer vocablo, en contra de lo que sería lógico presuponer, no proviene del primer apellido del dictador, que tiránicamente rigió los destinos de España durante 40 años; sino que deriva del adjetivo, franco, cuyo significado es sinónimo de campechano; pero que además es la denominación de un conjunto de pueblos germánicos, reconocidos por su afán de libertad y por no dejarse someter por la fuerza bajo ningún tipo de imperio o dominio, de la que procede el nombre y apellido homónimo, Franco.
Sospechoso, que después de esta prolija y aclaratoria exposición, os sucederá como a mí que no llegáis a entender el motivo de la ofensa de los partidarios del conservadurismo, independientemente de su grado de identificación, desde el más moderado hasta el más extremista o radical cuando se les tacha de franquistas. Deberían sentirse halagados.
Pero dejando al margen esta cuestión, a la que ya he dedicado demasiado tiempo, no me queda más remedio, que continuar hablando, de la que, como ya comentaba anteriormente es, sin lugar a dudas, la figura descollante, insuperable y supremo exponente de la tendencia política de rabiosa actualidad, que ya me atrevo a citar sin miedo, de que se me acuse de pretender calumniar a nadie, con el tecnicismo íntegro, que acabo de acuñar: franquismo neoliberal pseudodemocratizador de las instituciones del régimen.
Sistema político, que alza una estructura neodictatorial al servicio del capitalismo más salvajemente codicioso y que recibe la bendición de la Iglesia Católica. Organización de origen y naturaleza sectarios, que corona a la democracia autoritaria en su vertiente devota y piadosa más hipócrita, sensibilera y beaturrona con la teja y la mantilla. Jerarquía Eclesiástica, que a cambio de conceder su aprobación goza del don de la intocabilidad y que posee una doble y santa faz: El anverso se reconoce por ser una cara iluminada, que se caracteriza por un amable y blando semblante, de Madre amorosa de laxante conciencia, con sus hijos ricos y acomodados, que disfrutan de sus reales tronos públicos y privados. Por oposición el reverso es tenebroso y muestra un rostro de facciones endurecidas, aborrecibles y desagradables, de odiosa Madrastra de intransigente e impía conciencia con aquellos, a los que considera como despreciables hijastros, a los que trata como parias sociales y apestados vasallos.
Doctrina política, de la que es prototipo indiscutible, la modelo que a pesar de consistente en codearse con el vulgo pero sin rozarlo ni estrecharle la mano más allá de lo protocolario. Despótico y preventivo comportamiento, que garantiza las máximas cotas de proximidad con el pueblo, con las mínimas dosis de riesgo, evitando, de este modo, contagiarse de la pandemia altamente contagiosa y extendida por todo el tejido social de la crónica o mortal precariedad. Enfermedad, de cuyo agente patógeno identificado como causante, el virus llamado neocon, son portadores, pero que no desarrollan, al disfrutar contra ella de una triple resistencia protectora, dotada de un primer brazo político, un segundo, económico y un tercero legal. Inmunidad que algunos privilegiados refuerzan con la vacuna parlamentaria
Amparo este último del que, como diputada regional, disfrutaba la controvertida figura, a la que acosa la misma polémica que ha generado y al que renunció, sintiéndose suficientemente abrigada con los otros tipos de prerrogativas, de las que goza, al igual que con la prenda confeccionada con la misma pana lisa y verde que ella corta y reparte desde la presidencia del Partido Popular madrileño. Urdimbre afelpada, porque no es terciopelo todo lo que reluce, tejida usando el mismo tipo de hilo contaminado por esporas putrefactas y mohosas, que empleó para tejer su entramado textil, el caballero oscuro de rostro oculto, reconocido internacionalmente como el ingenioso e intrigante Gürtel. Empresario, que patentó su ambiciosa y lucrativa creación con su infame y desprestigiado nombre. Autor, cuyos diseños empapados de corrupción se han convertido en caldo de cultivo propicio para el desarrollo y proliferación de hongos ascomicetos altamente contagiosos. Más concretamente en el caso, que nos preocupa, se trata de una seta parasitaria de la descomposición moral, que reina en el campo de la política de nuestro país.
Levadura política neutra, insabora, e inconstante, con la capacidad de adquirir o apoderarse de modo natural y sin esfuerzo de un tinte azul agrio o amargo o por el contrario rojo dulce o ácido, dependiendo de la intencionalidad de las manos, que la manipulen o amasen. Catalizador político, que se comercializa como total o parcialmente revolucionario, pero que, en verdad, es absolutamente inmovilista o involucionista y que posee el poder de fermentar, levantar y alborotar a las masas populares criticas.
Supongo, que a estas alturas con todas las pistas que he os proporcionado ya habréis adivinado a que madrileña, que rebasa todas las fronteras de lo ordinario estoy haciendo alusión. Pero por si acaso aún lo tenéis azul opaco, enturbiado por la corrupción arraigada en el seno del clan político al que pertenece, tengo previsto continuar arrojando luz clarificadora y taquígrafos imparciales sobre el resto de rasgos, que componen el retrato de una personalidad enrevesada y confusa con modestos delirios de grandeza. Noble personaje de parto, pero vulgar de lengua, con la que hace gala de un presumido y fabuloso allanamiento del alto cargo público, ostentado como jactanciosa presidenta de la comunidad autónoma, con más chulería. Marquesa, integrante de una aristocracia política, que se caracteriza por los fingidos gestos de cercanía, por su hipócrita actitud plebeya, por su falsa humildad y por su villana trayectoria.
Expresión máxima del campechanismo, que en su versión más franca, abierta y transparente, emana espontáneamente de entre la elite de la fuerza política gobernante. Cúpula dirigente, que de forma más admirable y envidiable ejemplariza ese etéreo, escurridizo y sublime concepto de la democracia interna y que moviliza a su disciplinado ejército civil y a sus leales y sumisas tropas policiales de ocupación con el objetivo de invadir, conquistar y militarizar espacios públicos.
Modo de proceder, del que fuimos convertidos en testigos involuntarios y víctimas, lesionadas en su derecho a la libertad de locomoción todos los ciudadanos, que acudimos convocados por diversas organizaciones sociales, entre las que es de justicia reseñar como convocante y participante a la Asociación de Interinos Docentes de la Región de Murcia (Aidmur).
Articulo de:
Luis miguel LR
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